Reflexión Pastoral

 

Cuando nos fijamos en todo lo que Dios ha creado a nuestro alrededor y pensamos en las palabras que Dios le dijo a Adan y Eva que cuidaran de la tierra y que les daba todo lo creado para su bien (Génesis 1:27-31), podemos darnos cuenta de la importancia que Dios le dió al ser humano. 

 

Pero no sólo en esa ocasión quedó demostrado que para Dios somos muy importantes. Su mayor demostración de la importancia que Él nos da, fue su decisión de entregar a Su propio Hijo Jesús para que muriera en nuestro lugar, por nuestros pecados que nos habían separado de Él, y de esa manera recuperar, por medio de la reconciliación, nuestra relación personal con Él. 

 

¡Gracias Señor Jesucristo por morir por nosotros!. 

 

Y no se acaba ahí, Jesús resucitó, venciendo a la muerte y de esa manera nos regaló la vida eterna junto a nuestro Dios para siempre!!! 

 

¡Disfrutaremos de ese regalo por toda la eternidad!

 

¿Alguien duda todavía de lo importante que somos para Dios?. 

 

Él nos conoce mejor que nadie, nos ama más que nadie, nuestra única reacción posible es la alabanza y

 la obediencia a Él en agradecimiento por la vida que tenemos en Él. 

 

“¡Oh Dios, Señor nuestro, cuan grande es tu nombre en toda la tierra!” v. 1 y 9. 

 

“¿Qué sientes al saber que Dios sabe todo de ti y te ama?

 

 ¿Cómo afecta tu vida creer esta verdad?”